La brecha de habilidades en la industria manufacturera y qué podemos hacer al respecto
Existe una grave crisis de déficit de competencias en la industria manufacturera estadounidense, un sector que representa el 9 % de la población activa del país, lo que lo convierte en uno de los más importantes en términos de mano de obra. La industria manufacturera, al igual que muchas otras industrias en nuestra economía moderna y en rápida evolución, necesita trabajadores cualificados para cubrir puestos críticos, como operadores de máquinas/equipos y supervisores de automatización. Sin estos trabajadores cualificados, la industria manufacturera se vería sin duda afectada y la producción y los ingresos generales se verían gravemente afectados. A pesar de la importancia de los puestos de trabajo cualificados y de la remuneración bastante elevada que se ofrece, las empresas manufactureras siguen encontrando una escasez de talento para contratar a algunos de sus empleados más importantes. Desde hace años, la industria viene denunciando que el principal problema que la afecta es la falta de trabajadores cualificados. Hay casi tres veces más puestos de trabajo cualificados anunciados que puestos cubiertos. Se prevé que, durante la próxima década, casi dos millones de puestos de trabajo en el sector manufacturero quedarán sin cubrir debido a la crisis de déficit de cualificaciones.
¿Qué está causando la brecha de habilidades?
Informes recientes sugieren que el problema es tan grave como siempre y que solo está empeorando debido a una serie de factores. Uno de ellos es el envejecimiento de la mano de obra cualificada. La ingeniería industrial es esencial para el mundo de la fabricación moderna, ya que la tecnología y la fabricación están cada vez más interrelacionadas. Si bien la ingeniería industrial es uno de los campos de la ingeniería que más rápido crece, también es uno de los que cuenta con una mayor población de trabajadores próximos a la jubilación. Aproximadamente el veinticinco por ciento de la mano de obra de ingeniería industrial tiene 55 años o más. Como resultado, cada día se jubilan trabajadores cualificados con experiencia en el sector, lo que reduce aún más la reserva de trabajadores cualificados disponibles. Lo que agrava el problema es que muchas de las habilidades especializadas necesarias para desempeñar determinados puestos quedan obsoletas en pocos años. Esto obliga a los empleados a reciclarse en nuevas tecnologías o a buscar un nuevo empleo. A la brecha de habilidades se suma el énfasis general de la sociedad en que los graduados de secundaria asistan a la universidad, lo que no necesariamente prepara a los graduados para empleos cualificados. Estos y otros factores han dado lugar a la tormenta perfecta a la que se enfrenta hoy en día la industria manufacturera.
¿Qué se está haciendo para abordar la brecha de habilidades?
Los políticos de todos los niveles son muy conscientes de la crisis de la brecha de habilidades. Lo escuchan por todas partes, ya que los electores se quedan sin empleo, a pesar de que hay un gran número de puestos de trabajo cualificados disponibles, y las empresas no pueden cubrir su creciente vacío de trabajadores cualificados. Tanto a nivel estatal como nacional, finalmente se está empezando a debatir y aprobar legislación destinada a abordar la brecha de habilidades. A nivel federal, el Congreso ha reautorizado recientemente la Ley Perkins, que permite destinar hasta 1300 millones de dólares a diversas iniciativas nacionales y locales destinadas a ayudar a los estudiantes de educación superior a recibir la formación práctica que necesitan para tener éxito en sectores con escasez de trabajadores cualificados.
A nivel estatal, estados como Michigan y Carolina del Norte están intentando liderar el grupo en términos de soluciones innovadoras para la crisis de la brecha de habilidades. En Michigan, un plan recientemente adoptado prevé invertir 100 millones de dólares en programas que otorgan certificaciones basadas en competencias, proporcionan asistencia a las escuelas para actualizar sus planes de estudio y equipos con el fin de abordar determinadas habilidades, y apoyan a los orientadores profesionales y a los profesores. Este plan, conocido como el Plan Marshall para el Talento, supone un cambio, no solo en términos de gasto presupuestario, sino también en la forma en que nuestro país concibe la educación. Las escuelas secundarias de Míchigan tendrán ahora la ventaja de preparar a sus alumnos para que ocupen inmediatamente un lugar en el mercado laboral local. Recientemente, en Carolina del Norte, Ingersoll Rand y la Asociación Nacional de Fabricantes recibieron al representante Richard Hudson para una visita a las instalaciones, una reunión con los empleados y una mesa redonda sobre el desarrollo de la fuerza laboral. El propósito de la visita del congresista era discutir la crisis de la brecha de habilidades en la industria manufacturera local y cómo abordarla. La esperanza en Carolina del Norte es que el gobierno pueda promulgar una solución que rivalice con lo que está haciendo Michigan o que aplique alguna otra solución creativa a la crisis de la brecha de habilidades.
Otras soluciones que tanto los gobiernos como los fabricantes han utilizado para abordar la brecha de habilidades son los programas de formación que capacitan a los futuros trabajadores en lugares externos, como centros de formación profesional, agencias de empleo y otras organizaciones independientes. Algunas empresas se han centrado en la externalización como método para formar a sus futuros trabajadores en las competencias básicas de las pocas tareas especializadas que se les pedirá que realicen. Otras empresas han adoptado un enfoque más «hazlo tú mismo» en materia de formación y han centrado seriamente sus esfuerzos en el desarrollo y la formación de los empleados actuales.
En resumen, se necesitarán esfuerzos por parte de los educadores, el gobierno y los propios fabricantes para abordar la brecha de habilidades con el fin de satisfacer la demanda de mano de obra en este país. Los padres y los estudiantes también deben formar parte de este esfuerzo, a medida que las personas recalibran sus actitudes hacia las trayectorias profesionales relacionadas con la fabricación especializada.