La trascendencia de la computación cuántica: repercusiones en la tecnología fundamental
Con la inminente disponibilidad de formas de computación cuántica para el consumidor, esta tecnología tiene el potencial de impregnar todos los aspectos de la vida cotidiana al resolver ciertos tipos de problemas de forma exponencialmente más rápida, en algunos casos realizando en minutos lo que podría llevar meses en los ordenadores clásicos más potentes. Los efectos positivos de tal salto en la potencia de procesamiento, como se ha tratado en artículos anteriores, son difíciles de exagerar.
Tal potencia y potencial de procesamiento también tiene un lado preocupante. Incluso las mejores tecnologías de cifrado disponibles pueden ser vulnerables a ser descifradas en relativamente poco tiempo por la computación cuántica, lo que podría dejar los datos confidenciales expuestos. Además, la perspectiva de que la inteligencia artificial y otros módulos de aprendizaje automático puedan acelerarse exponencialmente de la noche a la mañana con el cambio a plataformas de computación cuántica eficaces también es inquietante.
Desde esta perspectiva, analizamos el impacto de la computación cuántica en tres aspectos cada vez más fundamentales que sustentan la informática moderna: el hardware, la inteligencia artificial y la ciberseguridad.
Hardware
Hay varios obstáculos técnicos que deben superarse para el uso de qubits en la computación cuántica, entre ellos el atrapamiento de átomos neuronales, el atrapamiento de ionenes, el funcionamiento de superconductores, el control de qubits de espín, etc. Estas nuevas aplicaciones, excepto las de los qubits de espín, no son compatibles con los semiconductores tradicionales. Por ejemplo, los ordenadores cuánticos superconductores solo pueden funcionar a temperaturas ultrabajas (por ejemplo, entre -272 y -253 °C).
Dado que el hardware para las modalidades de computación cuántica conocidas actualmente es fundamentalmente diferente del hardware de computación clásica, si la computación cuántica de consumo se vuelve más accesible, las empresas tradicionales de semiconductores tendrán que cambiar drásticamente su enfoque. Los cambios necesarios incluirán todos los aspectos, como el diseño de hardware, los procesos de fabricación y/o la elección de materiales. Esta dinámica abriría oportunidades para nuevas empresas ágiles y disruptivas y supondría un reto importante para las empresas ya establecidas en el sector.
Dicho esto, las empresas tradicionales de semiconductores también aspiran a desarrollar tecnologías de computación cuántica compatibles con los semiconductores. Por ejemplo, las tecnologías de qubits de espín pueden implementarse en circuitos semiconductores utilizando el espín de los electrones o los huecos dentro de un material semiconductor. Sin embargo, existen retos: el proceso de control de los qubits de espín es muy complejo y la escalabilidad es limitada. Por lo tanto, independientemente de si la tecnología de qubits estándar será compatible con los semiconductores o no, es probable que la industria del hardware se enfrente a retos que, si se superan, crearán nuevas oportunidades de negocio.
Inteligencia artificial
La computación cuántica promete aportar beneficios transformadores a la IA, especialmente en lo que respecta a la velocidad de procesamiento de datos, el aprendizaje automático y la optimización. Al aprovechar los qubits y la superposición, los ordenadores cuánticos pueden realizar muchos cálculos simultáneamente, lo que reduce drásticamente el tiempo necesario para analizar grandes conjuntos de datos. Esta aceleración permite a los sistemas de IA procesar la información de forma más eficiente, lo que conduce al desarrollo de modelos más precisos y fiables, especialmente en tareas complejas como el reconocimiento de imágenes y el procesamiento del lenguaje natural. Además, las capacidades de computación paralela de la computación cuántica mejoran la capacidad de la IA para resolver rápidamente problemas de optimización, lo que la hace invaluable en campos como la programación, la gestión de recursos y la planificación de rutas.
Además, la computación cuántica potencia significativamente las capacidades de simulación de la IA. En entornos complejos en los que es fundamental realizar simulaciones precisas, como las finanzas, la sanidad y la modelización climática, la capacidad de la computación cuántica para evaluar múltiples escenarios simultáneamente da lugar a resultados más precisos y realistas.
Por último, la computación cuántica puede mejorar significativamente el aprendizaje por refuerzo al acelerar el proceso de exploración/explotación de amplios espacios de acción. En el aprendizaje por refuerzo, los agentes aprenden estrategias óptimas mediante ensayo y error, lo que a menudo implica procesar grandes cantidades de datos y ejecutar numerosas simulaciones. Los ordenadores cuánticos, con su capacidad para realizar cálculos paralelos y explorar múltiples posibilidades simultáneamente, pueden acelerar esta exploración, lo que permite a los agentes converger en soluciones óptimas más rápidamente. Esta mejora es especialmente valiosa cuando la informática tradicional tiene dificultades para gestionar el gran volumen de acciones y resultados potenciales, lo que convierte a la computación cuántica en una herramienta poderosa para avanzar en estas aplicaciones.
Ciberseguridad
La computación cuántica está a punto de revolucionar la tecnología de ciberseguridad al introducir métodos de cifrado más sólidos y resistentes que aprovechan los principios de la mecánica cuántica. Los métodos de cifrado tradicionales, como RSA, se basan en funciones matemáticas que son seguras frente a la computación clásica, pero vulnerables al inmenso poder de procesamiento de los ordenadores cuánticos. Esto supone una amenaza para todos los datos y sistemas confidenciales que actualmente protegen estos métodos, incluidos los sistemas y datos financieros, los sistemas de comunicaciones y los datos sanitarios.
Sin embargo, el cifrado basado en la cuántica utiliza las propiedades únicas de los qubits, como la superposición y el entrelazamiento, para generar claves de cifrado que son fundamentalmente más seguras. Por ejemplo, la distribución de claves cuánticas (QKD) permite a dos partes intercambiar claves de cifrado con absoluta seguridad, ya que cualquier intento por parte de un tercero de interceptar la clave alteraría inmediatamente el estado cuántico, alertando así a las partes comunicantes de la presencia de un intruso. Esta capacidad hace que los métodos de cifrado cuántico no solo sean más seguros, sino también casi inmunes a los tipos de ataques que amenazan los estándares de cifrado actuales. La transición al cifrado cuántico duro es un paso crítico y urgentemente necesario en todos los sectores.
Además, la computación cuántica mejorará la ciberseguridad al permitir sistemas de detección y respuesta más rápidos y sofisticados. A medida que los ordenadores cuánticos sean capaces de procesar conjuntos de datos mucho más grandes a velocidades sin precedentes, permitirán que las herramientas de ciberseguridad identifiquen amenazas y anomalías con mayor rapidez y precisión. Esto será especialmente valioso en los sistemas basados en el aprendizaje automático, donde la capacidad de analizar y responder a grandes cantidades de datos en tiempo real es fundamental para detectar amenazas cibernéticas avanzadas.
Más allá de la serie binaria
Haga clic aquí para ver la serie de artículos de Foley titulada «Beyond The Binary» (Más allá de lo binario), que describe diversos aspectos de la tecnología de la computación cuántica, sus principios y el panorama jurídico que rodea su desarrollo y aplicación.
Para suscribirse a la serie, haga clic aquí.