Asesor de la industria manufacturera

El crédito privado y la ola de relocalización: financiando el renacimiento de la industria manufacturera estadounidense

Robots industriales soldando y ensamblando carrocerías de automóviles en una línea de producción de fábrica, con chispas volando en una planta de fabricación de automóviles.

Principales conclusiones

  • El crédito privado se está convirtiendo en un factor clave para la relocalización, ya que ofrece a los fabricantes un acceso al capital más rápido y flexible que los préstamos sindicados tradicionales, lo cual es fundamental para cumplir los plazos de los incentivos gubernamentales y superar a la competencia.
  • La flexibilidad y la personalización son ventajas importantes, ya que los prestamistas privados pueden adaptar las estructuras de reembolso, las disposiciones y la participación en el capital para ajustarse a los largos plazos y la intensidad de capital de los proyectos de relocalización.
  • La contrapartida es un aumento de los costes y una supervisión más estricta, pero para los fabricantes que dan prioridad a la rapidez, la adaptabilidad y la ejecución estratégica, el crédito privado suele justificar la prima como catalizador del crecimiento de la industria manufacturera estadounidense.

El impulso para devolver la fabricación a territorio estadounidense, impulsado por la fragilidad de las cadenas de suministro, los cambios geopolíticos y una ambiciosa política industrial nacional, ha pasado de ser un tema de debate en las salas de juntas a una oleada de proyectos de relocalización. Desde componentes de precisión hasta semiconductores, las plantas están abriendo camino a un ritmo que no se veía desde hacía décadas. Pero en medio de esta estrategia surge una pregunta apremiante: cómo financiar la construcción, el desarrollo de la mano de obra y otras operaciones de relocalización con la rapidez y flexibilidad suficientes para aprovechar el momento.

Si bien los préstamos sindicados siguen siendo un elemento básico para los grandes prestatarios, el crédito privado está emergiendo como un factor decisivo para la relocalización. Lo que antes era una alternativa minoritaria, se ha convertido en un mercado global de más de 1,5 billones de dólares con claras ventajas para los fabricantes de todos los tamaños que buscan opciones de financiación que se ajusten a las necesidades específicas de la relocalización.

Por qué el crédito privado encaja en la agenda de relocalización

La rapidez y la certeza son las ventajas más inmediatas. El desarrollo de la fabricación suele estar vinculado a incentivos gubernamentales, como la Ley CHIPS y Ciencia, la Ley de Reducción de la Inflación y los programas de subvenciones estatales, que pueden imponer plazos estrictos o estar sujetos a eliminaciones graduales y a los vaivenes de la política. El crédito privado puede cerrarse en semanas, en lugar de meses, como ocurre con los procesos sindicados. Eso puede determinar si se consigue o se pierde una subvención, o si un fabricante puede superar a sus competidores que compiten por mano de obra especializada nacional, nuevas cadenas de suministro favorables y contratos gubernamentales que dan prioridad a la producción nacional.

La flexibilidad estructural es igualmente vital. Los proyectos de relocalización suelen requerir una gran inversión inicial, años antes de obtener un flujo de caja estable. Los prestamistas privados pueden adaptar los reembolsos a las realidades del proyecto, como disposiciones basadas en hitos, largos periodos de solo intereses o barridos de efectivo tras el aumento de la producción, en contraste con las exigencias más rígidas de amortización y cláusulas restrictivas habituales en los préstamos sindicados. Además, aunque los posibles prestatarios deben considerar cuidadosamente los costes y beneficios de estos enfoques, los prestamistas privados suelen ser socios más receptivos a las estructuras de capital creativas como parte de su rendimiento previsto en las operaciones de financiación que los prestamistas bancarios tradicionales.

Los riesgos especializados también hacen que el crédito privado resulte atractivo. Los proyectos pueden implicar robótica avanzada, métodos que consumen mucha energía u otras exposiciones nicho y riesgos normativos que los prestamistas tradicionales pueden abordar con escepticismo. Los fondos de crédito privado suelen contar con equipos centrados en el sector capaces de suscribir dichos riesgos sin imponer exigencias prohibitivas de capital o cláusulas restrictivas excesivas.

Las compensaciones: coste, liquidez y gobernanza

El crédito privado no es barato. Los tipos de interés y las comisiones más elevados, así como la posible incorporación de una compensación en forma de acciones para el prestamista, reflejan el riesgo concentrado y la estructuración personalizada del prestamista. Los prestatarios deben sopesar si la prima se justifica, entre otras cosas, por la rapidez y la flexibilidad.

La liquidez es otra consideración. Los préstamos privados no son ampliamente negociables; la refinanciación puede resultar difícil, especialmente cuando las opciones no eran abundantes desde el principio o cuando un proyecto se enfrenta a retrasos, aumento de los costes u otros obstáculos para la rentabilidad. Si cambian las condiciones del mercado o la economía del proyecto, esta falta de opciones puede resultar limitante.

Las estrechas relaciones que hacen que el crédito privado sea adaptable también pueden dar lugar a una gobernanza potencialmente intrusiva. Es habitual que se exijan informes más detallados, derechos de observación en el consejo de administración y otras medidas de supervisión operativa. Algunos equipos directivos valoran el diálogo; otros pueden resistirse a la visibilidad que se concede a los prestamistas.

Financiación estratégica en un momento estratégico

Para los fabricantes que desean relocalizar sus operaciones, las restricciones de capital, la burocracia y la financiación inflexible pueden frustrar proyectos con valor estratégico a largo plazo para sus negocios y la base industrial de Estados Unidos. El crédito privado puede sortear estos obstáculos al ofrecer capital rápido y personalizado centrado en el negocio concreto y en la ejecución del proyecto de relocalización específico, en lugar de en las convenciones del mercado.

La compensación es clara: mayores costes a cambio de un capital más rápido y flexible. Para muchos de nuestros fabricantes que están relocalizando sus operaciones, especialmente aquellos que se apresuran a cumplir con los plazos de los incentivos o a contrarrestar a la competencia, es una compensación que vale la pena. En una época en la que la velocidad y la flexibilidad rivalizan con el coste del capital en importancia, el crédito privado bien podría convertirse en el motor financiero del resurgimiento de la industria manufacturera estadounidense.

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