El decreto de Biden sobre infraestructuras de IA llega demasiado tarde

El 14 de enero de 2025, el presidente Biden emitió la Orden ejecutiva sobre el avance del liderazgo de Estados Unidos en infraestructura de inteligencia artificial (la «orden»). La orden establece una hoja de ruta integral para el apoyo federal al desarrollo de centros de datos de IA, así como al desarrollo de instalaciones de generación de energía limpia para alimentar dichos centros de datos de IA. La orden sigue a la anterior orden ejecutiva del presidente Biden sobre IA del 30 de octubre de 2023.
La orden establece un calendario detallado según el cual los Departamentos de Energía, Defensa e Interior (junto con otros departamentos y agencias federales) deben establecer normas y procedimientos específicos para aplicar las declaraciones de política contenidas en la orden.
La orden es bastante extensa y detallada, mucho más de lo que normalmente esperamos de las órdenes ejecutivas. Contiene definiciones cuidadosamente elaboradas, plazos específicos, requisitos del programa y directivas del poder ejecutivo. Se ha dedicado una cantidad significativa de trabajo a la preparación de la orden. Sería comprensible pensar que la orden se concibió originalmente como legislación.
Sin embargo, es probable que todo esto sea en vano. El 20 de enero, Donald Trump asumirá la presidencia. Hay motivos para esperar que el presidente Trump y su gabinete ignoren rápidamente las directivas de la orden, si no la revocan explícitamente. Por lo tanto, no esperamos que la orden tenga ningún impacto práctico.
El uso responsable de la IA tiene el potencial de ayudar a resolver retos urgentes y, al mismo tiempo, hacer que nuestro mundo sea más próspero, productivo, innovador y seguro. Al mismo tiempo, un uso irresponsable podría exacerbar daños sociales como el fraude, la discriminación, los prejuicios y la desinformación; desplazar y desempoderar a los trabajadores; sofocar la competencia; y suponer riesgos para la seguridad nacional. Aprovechar la IA para el bien y hacer realidad sus innumerables beneficios requiere mitigar sus riesgos sustanciales.
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