Las nuevas decisiones del circuito destacan cuándo las cuestiones relacionadas con los daños individualizados pueden impedir la certificación de la demanda colectiva.
Según la Norma Federal de Procedimiento Civil 23(b)(3), un tribunal de distrito puede certificar una demanda colectiva por daños y perjuicios si «el tribunal considera que las cuestiones de derecho o de hecho comunes a los miembros de la demanda colectiva predominan sobre cualquier cuestión que afecte solo a miembros individuales, y que una demanda colectiva es superior a otros métodos disponibles para resolver la controversia de manera justa y eficiente». Los demandantes suelen argumentar que la necesidad de calcular individualmente elimportede los daños y perjuicios sufridos por los miembros de la demanda colectiva no es suficiente para invalidar la conclusión de que las cuestiones comunes de derecho o de hecho predominan en virtud de la Regla 23(b)(3). Sin embargo, recientes decisiones de los circuitos quinto y noveno destacan que las cuestiones individuales sobre si los miembros de la demanda colectivasufrieron realmentedaños y perjuicios pueden ser motivo para denegar la certificación de una demanda colectiva por daños y perjuicios basándose en la falta de predominio.
EnSampson v. United Services Automobile Association, 83 F.4th 414 (5.º Cir. 2023), el Quinto Circuito anuló una orden que certificaba una demanda colectiva por daños y perjuicios en una acción en la que se alegaba que la compañía de seguros demandada se basó en un método para calcular el valor real en efectivo de los vehículos siniestrados en un accidente que era inadecuado según la legislación de Luisiana. Un aspecto fundamental de la decisión del Quinto Circuito fue el hecho de que algunos miembros de la demanda colectiva propuesta podrían haber recibido una cantidad igual o incluso superior al valor real en efectivo de sus vehículos (según lo define la legislación de Luisiana), a pesar del uso de un método de valoración supuestamente inadecuado. Las personas quenosufrieron daños no pudieron demostrar que se habían visto perjudicadas, un elemento esencial de sus reclamaciones por incumplimiento de contrato y mala fe. Dado que las cuestiones individualizadas sobre los daños afectaban al fondo de las reclamaciones de la clase propuesta, y no solo al importe de los daños sufridos por los miembros individuales de la clase, el Quinto Circuito concluyó que no se cumplía el requisito de predominio de la Regla 23(b)(3): «Está bien establecido que las cuestiones comunes pueden predominar en virtud de la Regla 23(b)(3) "aunque otras cuestiones importantes tengan que juzgarse por separado,como los daños y perjuicios". Pero, mientras que los daños se describen específicamente entre estas otras cuestiones importantes, la responsabilidad y los daños no lo están».Sampson, 83 F.4th en 422 (citandoTyson Foods, Inc. v. Bouaphakeo, 577 U.S. 442, 453 (2016)) (énfasis original).
El Noveno Circuito llegó a una conclusión similar enLara v. First National Insurance Company of America, 25 F.4th 1134 (9.º Cir. 2022), una decisión que el Quinto Circuito destacó enSampson como«particularmente instructiva». El caso Lara tambiénse refería a una impugnación del método utilizado por la aseguradora demandada para calcular el valor real en efectivo de los vehículos siniestrados totales por ser incompatible con los requisitos de la legislación de Washington. El tribunal de distrito se negó a certificar una demanda colectiva por daños y perjuicios basándose en la falta de predominio, ya que algunos miembros de la demanda colectiva propuesta podrían haber recibido una cantidad igual o superior al valor real en efectivo de sus vehículos (según la definición de la legislación de Washington), a pesar del uso de un método de valoración supuestamente inadecuado. Los demandantes argumentaron que cualquier cuestión individualizada de este tipo era una «cuestión de daños» que no bastaba para invalidar la conclusión de predominancia en virtud de la regla 23(b)(3). El Noveno Circuito no estuvo de acuerdo y explicó que los miembros individuales de la demanda colectiva quenohabían sufrido daños no podían demostrar que se les hubiera causado un perjuicio, lo cual era un elemento esencial de sus reclamaciones por incumplimiento de contrato y prácticas comerciales desleales en virtud de la legislación de Washington. Como lo expresó sucintamente el Noveno Circuito: «Si no hay perjuicio, entonces las reclamaciones por incumplimiento de contrato y prácticas comerciales desleales deben fracasar. No se trata de una cuestión de daños y perjuicios, sino de una cuestión de fondo».Lara, 25 F.4th en 1139.
La conclusión clave deSampsonyLara esque no todas las «cuestiones relacionadas con los daños» son iguales a efectos del análisis de predominio en virtud de la Regla 23(b)(3). Si el daño es un elemento esencial de las reclamaciones en cuestión, las cuestiones individualizadas relativas alhecho —en contraposición ala cuantía—del daño implican el fondo de las reclamaciones de la clase propuesta y pueden ser motivo para denegar la certificación de la clase por falta de predominio en virtud de la Regla 23(b)(3).